viernes, 24 de mayo de 2013

LA IRONÍA EN LOS PUEBLOS DEL SUR

En los pueblos del sur la ironía era magnanimidad y manifestación de largueza de ánimo.
En los pueblos del sur "dar conversación" era efecto de su generosidad y cordialidad, señal de buena educación; y también se reflejaba en el arte.
En los pueblos del sur había poetas a cappella.
Decía Solal, el protagonista de Bella del Señor de Albert Cohen, mirando hacia el norte: Mientras vosotros vagabais por los bosques adornados con cuernos de animales, en nuestras pueblos había profetas.

domingo, 5 de mayo de 2013

LA INDIFERENCIA DEL POETA HACIA EL PODER

He afirmado con anterioridad que la poesía es el único conocimiento que no llena mi corazón de soberbia porque está escrita con el oído del músico, y que el poeta no escribe, inscribe; a lo que me atrevo a añadir ahora que poeta es el que es capaz de sentir de manera espontánea, y quizá como una pasión, la igualdad esencial entre los seres humanos.
El político y el poeta se parecen en que ambos se proponen transformar el mundo y la realidad, pero difieren   en que, si el primero debe conquistar para ello el poder, la mayoría absoluta, el segundo tendrá que renunciar a lo mismo para alcanzar su horizonte; y su soledad valdrá más y será más eficaz que la mayoría abrumadora.
La palabra del poeta es en cierta medida profética, por eso tiene, y da, la sensación de que no pertenece del todo a su época.
El poder nace del miedo a la libertad, y es lo contrario que el amor, ya que el enamorado prefiere no sustraerse al temor de ser rechazado por la persona amada, antes que obligar a ésta a que lo ame.
El poeta debería ser todavía más vulnerable que el enamorado, incluso el más vulnerable del mundo, precisamente para poder transformar éste a través de su soledad.