domingo, 1 de marzo de 2020

LECTURA DE CAZZOAS DE JOSÉ ELGARRESTA POR MARÍA ANTONIA ORTEGA

El riesgo de la libertad es el acto puro de existencia; y el más determinante e importante de todos es el de la elección entre el bien y el mal. Y en este sentido Cazzoas desentraña el misterio de la existencia del mal como una consecuencia de nuestra libertad, ya que si no existiera el mal no tendríamos la posibilidad de escoger entre él y el bien.
El error, consecuencia de una decisión equivocada, sería también efecto de nuestra libertad. Y para Cazzoas es preferible errar eternamente que no haber sido libre: Si no hubiera sido libre no habría podido equivocarse, y tal vez no hubiera existido sino que habría vivido durmiendo y no soñando, como tal vez sucede a no pocos seres humanos que por temor al esfuerzo que implican las decisiones personales no se atreven a ser libres y sucumben a dogmatismos. Recordemos lo que pone en boca de unos personajes Dostoievski en Los Hermanos Karamazov, cuando aborda la figura del Gran Inquisidor de Sevilla: que crucifican a Cristo todos aquellos que reprochan a Dios que les haya creado libres y exigido tomar decisiones tan importantes como la de la elección entre el bien y el mal.
Pues Cazzoas agradece esta responsabilidad, y arrostra la libertad y la tradición de los griegos unida a ella. La libertad humana es un destino que los propios dioses han querido poner muy por encima de ellos mismos, quizá porque les subordina a un diálogo ininterrumpido con los hombres. Los dioses lo son porque prefieren ser amados a obedecidos. Y lo mismo les sucede a los poetas, cuya tarea es si cabe más divina que literaria.
Hay quienes prefieren ser libres solamente una vez y no más veces, y sienten que de esta forma lo son más: Pues distintos son aquellos, aunque no exentos de mérito sino todo lo contrario, que han preferido ejercer sus libertad ¡pero solamente una vez! mediante el voto de obediencia, para que no les dejen nunca apartarse de la bondad y la belleza; así las órdenes contemplativas.
Nuestro poeta Cazzoas, (alter ego de José Elgarresta, cuyos poemas son reproducidos, igual que sus textos de prosa intensa, en versión española y en parte también en traducción a la lengua inglesa, doble y admirable esfuerzo de José Elgarresta, su descubridor sin duda alguna dentro de sí mismo y de su memoria genética y mundial, de su memoria inmemorial si cabe), Cazzoas a caballo entre los siglos XIX y XX, (qué buenos jinetes sobre el tiempo los de aquella época), perteneció a una familia acomodada griega, y afrontó el riesgo de ser tenido por un traidor a la misma, y el de defraudarla, por no estar dispuesto a contribuir al incremento de bienes materiales, sino al retorno de la filosofía y las ideas, de la capacidad de reflexión, y del desarrollo de una vida interior más allá del recuento de hematíes y leucocitos; al regreso a la convivencia y diálogo con los dioses y los hombres de su tiempo, como hizo Platón, y al monólogo con uno mismo durante largos ratos de meditación; es decir al retorno a Grecia y a su inocencia. Y existe una teoría sobre la filosofía griega según la cual, cuando los griegos conocieron la embriaguez que provocaba el vino, quisieron transformarla en mental y espiritual a través de la filosofía.
La poesía "cazzoasiana" es ejemplo de nitidez, donde el conocimiento liberador confiere más intensidad y empuje a la vida, porque además la implica completamente con sus preguntas. Aquí las primitivas preguntas no solamente se convertirán en respuestas, sino que las respuestas volverán a transformarse en preguntas.
El tiempo desgarra al ser humano estirándole como la masa, pero también tensándole como el arco mientras dura. Mas el amor es el instante eterno fuera del tiempo, o dentro de él, pero en su orilla, viéndolo pasar.
Aporta además esta poesía la concepción novedosa de un posible y verosímil panteísmo humano: llegar a sentirnos parte de un sólo ser humano, presente, pasado o futuro, a través del cual siempre podremos vivir y sentirnos representados, formando parte de él como Cazzoas en José Elgarresta, y José Elgarresta en Cazzoas. No otra cosa que puro panteísmo humano es la relación entre escritor y lector.
Por último se nos transmite en este libro que es misión de los poetas conseguir que los seres humanos consigan verse reflejados unos en otros, para que sean capaces de sentir entre ellos lo mismo que por la naturaleza un amor puro y desinteresado, sin deseo, puro éxtasis.

2 comentarios:

  1. Gracias al confinamiento recupero tu blog. Gracias por traer aquí la libertad, tu libertad, la de todos.

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    1. Mil gracias, Viky. Hoy leo tu comentario. Muchísimas gracias por tu fe y apoyo, y un fuerte abrazo.

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